Cuba

Cuba marcha por la igualdad: ¿un nuevo amanecer para el LGBTIQ+?

La comunidad LGBTIQ+ de Cuba se reunió en una histórica conga, pero los desafíos persisten. ¿Qué cambios reales están en camino? ¡Infórmate aquí!

  • 11/05/2025 • 10:51

La Habana, 11 de mayo de 2025 — Las calles del Vedado volvieron a llenarse de color, música y consignas este sábado, cuando centenares de personas se congregaron en la capital cubana para participar en la ya habitual Conga contra la Homofobia y la Transfobia, encabezada por la comunidad LGBTIQ+ de la isla. Bajo el lema “El amor es ley”, la marcha —organizada en el marco de las Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia— buscó no solo celebrar los avances legislativos, sino también visibilizar los desafíos que persisten en la defensa de los derechos sexuales y de género en Cuba.

La manifestación fue liderada una vez más por Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), quien subrayó que estas jornadas “no son solo actos simbólicos, sino espacios de lucha por la inclusión legal, social y cultural de todas las personas, sin importar su identidad u orientación sexual”.

Un desfile, múltiples significados

La conga, que recorrió una de las principales avenidas del barrio habanero, se convirtió en una expresión de orgullo, resistencia y demanda cívica. Las banderas arcoíris ondeaban entre pancartas con mensajes de dignidad, mientras activistas, artistas y ciudadanos —muchos acompañados de familias o amigos— celebraban la visibilidad de un colectivo históricamente marginado.

Desde su instauración en 2008, esta jornada se ha convertido en un termómetro social y político de la situación de los derechos LGBTIQ+ en Cuba. A lo largo de los años, la celebración ha estado marcada por altibajos, con momentos de apertura y otros de tensiones, especialmente cuando las voces independientes y críticas del activismo han denunciado discriminaciones, represalias y censuras.

Avances legales... pero ¿hasta dónde?

Este 2025, el evento cobra especial relevancia al coincidir con el debate legislativo de una nueva Ley de Registro Civil, prevista para su análisis en la Asamblea Nacional en julio próximo. De aprobarse, permitiría a los ciudadanos definir su identidad de género en documentos oficiales sin necesidad de operaciones quirúrgicas ni sentencias judiciales. Sería, sin duda, un paso importante en la autodeterminación de las personas trans.

La normativa llegaría como complemento al Código de las Familias, aprobado por referendo en 2022, que reconoció el matrimonio igualitario, la adopción por parte de parejas del mismo sexo y otras formas de parentesco no tradicionales. También se suma a la nueva Constitución, ratificada en 2019, que por primera vez reconoció de forma explícita la igualdad de todos los ciudadanos sin distinción de orientación sexual o identidad de género.

Sin embargo, pese a estos avances, activistas consultados por CubaHerald insisten en que el reconocimiento legal no basta. “No se puede hablar de inclusión plena cuando aún hay escuelas que no respetan el género de sus estudiantes, instituciones que ignoran denuncias de acoso, o medios que invisibilizan nuestras realidades cotidianas”, declaró un joven activista trans que participó en la marcha.

Entre el discurso oficial y las luchas independientes

Aunque el desfile tuvo respaldo institucional, no todos los sectores del activismo se sienten representados por las plataformas oficiales. Algunos colectivos y defensores de derechos humanos critican que las voces críticas y autónomas son a menudo excluidas de los espacios organizados por el Estado, o enfrentan obstáculos para ejercer su labor sin interferencias.

Asimismo, la violencia simbólica y estructural contra personas LGBTIQ+ persiste en muchas áreas de la vida diaria. Casos de discriminación laboral, violencia doméstica, rechazo familiar o acceso desigual a la atención médica especializada continúan siendo comunes, especialmente fuera de la capital.

Un país que se transforma… con desafíos

El desfile de este sábado no fue solo una celebración. Fue también un recordatorio de que la dignidad plena aún no ha sido alcanzada. De que en una isla que ha dado pasos legislativos importantes, la realidad social va más lenta. Y de que la lucha por la diversidad no puede depender únicamente de marcos legales, sino de cambios culturales, educativos y, sobre todo, estructurales.

Las Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia continúan hasta el 18 de mayo, con actividades culturales, académicas y comunitarias en varias provincias, incluidas La Habana y Holguín. Entre ellas, destaca la Gala Cubana contra la Homofobia, que este año reunió a figuras del arte comprometidas con la inclusión y los derechos humanos.

Más allá de los aplausos y las fotos, queda el desafío de construir un país donde marchar no sea un acto de excepción, sino de normalidad. Donde amar libremente no se celebre solo un día al año, sino que se respete cada día. Donde todas las identidades encuentren un lugar seguro, legítimo y visible.

Y mientras esa Cuba llega, sus calles seguirán latiendo cada mayo con pasos firmes, banderas al viento y una verdad que, como cantaban algunos durante la marcha, no cabe ya en los armarios ni en el silencio.