Un incidente de tránsito ocurrido en la tarde de ayer en el emblemático viaducto La Farola, en Guantánamo, estuvo a punto de convertirse en tragedia cuando un ómnibus interprovincial que cubría la ruta entre Maisí y La Habana presentó una falla crítica en el sistema de frenos. La pericia del conductor evitó lo que pudo haber sido un lamentable desenlace. Según relató el comunicador Alexander Ríos en redes sociales, el vehículo implicado, identificado con el número 1246, experimentó el desperfecto mecánico en un tramo especialmente complejo de la carretera, conocido como Veguita, caracterizado por sus pronunciadas pendientes y cerradas curvas. Fue en ese escenario desafiante donde el chófer, Luis Antonio Rodríguez Griñán, demostró un control admirable del vehículo, manteniéndolo en equilibrio durante más de un kilómetro hasta detenerlo de forma segura. A pesar del evidente peligro, todos los pasajeros salieron ilesos. Este hecho, afortunado dentro de su gravedad potencial, ha generado reacciones de alivio y reconocimiento hacia la actuación del conductor, cuya rápida respuesta fue clave para evitar daños personales. La carretera La Farola, obra emblemática de la ingeniería cubana construida en la década de 1960, ha sido históricamente un punto vulnerable en materia de seguridad vial debido a su compleja geografía. Su trazado escarpado, en plena Sierra Maestra, la convierte en una ruta tan desafiante como imprescindible para conectar zonas rurales del oriente del país con el resto del territorio nacional. Incidentes como el ocurrido subrayan la importancia de mantener en óptimas condiciones tanto la infraestructura como los medios de transporte que la recorren. Además, reavivan el debate sobre la necesidad de protocolos de mantenimiento preventivo más rigurosos y una inversión sostenida en seguridad vial, en especial en regiones de difícil acceso. Por el momento, no se ha emitido un informe oficial sobre las causas técnicas del fallo. Sin embargo, la experiencia vivida por los pasajeros de este ómnibus ha dejado una profunda huella de conciencia sobre los riesgos del transporte interprovincial en zonas montañosas, así como un testimonio vivo del valor de la preparación y el temple en situaciones límite.