Un inusual accidente ocurrido en una calle de La Habana ha sorprendido a residentes y usuarios en redes sociales, luego de que un auto Lada colisionara con un carretón tirado por un caballo, provocando que el animal terminara literalmente sobre el capó del vehículo. La escena, que parece sacada de una caricatura, fue registrada en una imagen que rápidamente se volvió viral, generando una oleada de reacciones entre asombro, indignación y humor. El hecho, catalogado por muchos como "lo nunca visto", deja al descubierto una problemática cada vez más común en las calles cubanas: la caótica convivencia entre medios de transporte modernos y tracción animal, en un contexto de deterioro de la infraestructura vial, falta de regulación efectiva y escasa vigilancia del tráfico. En la imagen se observa al caballo montado sobre el auto, visiblemente en estado de agotamiento, mientras una persona intenta ayudar a retirarlo del vehículo. No se ha confirmado si hubo heridos, aunque todo indica que el impacto fue más espectacular que grave. Este tipo de incidentes, más allá de su carácter anecdótico, revelan una alarmante desorganización del tránsito urbano en Cuba, donde los medios de transporte alternativos conviven con autos particulares, camiones y motos eléctricas en condiciones de escasa señalización, falta de semáforos funcionales y deterioro de las vías. A ello se suma el creciente estrés social, la impaciencia al volante y la falta de educación vial, que se traducen en imprudencias cada vez más frecuentes. El suceso ha dado pie a todo tipo de comentarios en redes sociales, desde los que exigen mayor control y organización del tráfico, hasta quienes ironizan con la frase: “la gente anda loca”. Pero más allá del chiste, lo ocurrido debería ser una alerta para las autoridades competentes: urge una revisión profunda del ordenamiento vial, que contemple tanto la seguridad de los conductores como la del propio ganado que aún forma parte del sistema de transporte en numerosas zonas urbanas y rurales del país. La imagen del caballo sobre el Lada no solo es un símbolo del absurdo cotidiano, sino también una postal que retrata con crudeza la crisis estructural de movilidad que enfrenta la isla.